Vienen las campañas políticas, y también vienen las promesas, las dádivas, el “repentino” sentimiento solidario de algunos, y la buena fe de los ciudadanos que ven en esta etapa electoral, la oportunidad de recibir algo, lo que sea.
Cada vez vemos más y más en los políticos, que su forma de hacer proselitismo, es llevar servicios, comida, regalos, consultas médicas, etc.
¿Que la gente necesita esta ayuda? sin duda, pero ¿que el político busca aprovecharse de esa necesidad para obtener el voto? También.
Lo más lamentable de todo, es ver a los políticos jóvenes, a esos que tuvieron la oportunidad de estudiar, a esos que los deben mover ideales, a esos que están llamados a cambiar el estado de cosas. Son ellos, los que deben cambiar la forma de hacer política. Sin embargo, son ellos los que no sólo no han cambiado la forma de hacer política, si no que están perfeccionando la forma de generar clientelismo para obtener votos.
Ojala y esos políticos jóvenes de todos los partidos políticos, piensen unos cuantos segundos, ¿Cual es el México que quieren dejarle a sus hijos? El México de clientes o el de emprendedores. El de la corrupción, o el de la educación. El México que expulsa migrantes o el que tiene oportunidades.
Piénsenlo, por que el México de clientelismo, también lo van a padecer nuestros hijos, sus hijos.
Lo triste de explotar la necesidad no es que les den cosas a cambio del voto....es que les den TAN poco. Ojalá nos toque ver el día en que en lugar de una despensa reciban a cambio un mejor maestro pa la escuela de sus hijos, por poner solo un ejemplo.
ReplyDeleteTavo, y algo que veo y me repugna es como esos jóvenes no reconocen más alternativa para alcanzar un salario, que el servilismo. Aduladores. Con una capacidad de autocrítica, empeñada, quizás escondida, quizás ausente. Confundiendo crítica (al opositor) con ataques vulgares, desde el estómago.
ReplyDeleteSi algo no han rozado, es la belleza, mi amigo. Pero rescato, como Woldenberg, el costo del camino andado. Eso que falta, que se traduzca en ánimo para alcanzarlo. Y hacer de nuestro andar un ejemplo. Incluso si ello implica tronar la mano en la mesa.
Te abrazo como siempre mi amigo! Te deseo un feliz 2012!